Cuando Bill era pequeño, su madre lo consideraba un niño difícil.
«El mundo interior de Bill» es un claro ejemplo de la importancia de la inteligencia intrapersonal.
Bill Aprendía con mucha lentitud, tenía frecuentes convulsiones y presentaba trastornos de conducta. La presencia de dos niños de corta edad en el hogar, un matrimonio deshecho y la necesidad de volver a conseguir empleo hacían que la madre de Bill se sintiera sobrepasada por la atención que requería su hijo. Poco después de su noveno cumpleaños, Bill fue internado en una institución estatal para individuos con retraso mental, donde pasó los siguientes doce años de su vida.
El ingreso en la institución significó para Bill la pérdida de las experiencias comunes en la infancia. Se encontraba aislado de su familia, de sus amigos y del pequeño pueblo donde había nacido. El aislamiento de Bill incluía también el analfabetismo. Debido a que presentaba un CI inferior a 50, se le incluyó en la categoría de “ineducable” y nunca se le enseñó a leer o escribir. Sus días en la institución transcurrieron entre tareas de limpieza. Al finalizar su etapa en la institución, Bill subsistió con el apoyo que le brindaba un organismo comunitario dedicado a la reinserción de ex internos adultos, cuyo objetivo consistía en ayudarlos a desarrollar una vida plena e independiente. Dicho organismo exigía que Bill estableciera y cumpliera metas personales anuales que le permitieran convertirse en un miembro activo de la comunidad local.
Cuando Bill cumplió 31 años, se propuso un nuevo objetivo: aprender a leer y escribir. Su trabajador social se puso en contacto con una docente de lengua que empleaba un enfoque multimodal para la enseñanza de la lectura. Bill expresó inmediatamente su deseo de escribir una carta a su madre, de quien vivía separado desde hacía mucho tiempo, y dictó con gran precisión sus pensamientos a la docente y luego practicó leer partes de la carta. Bill y su instructora trabajaron también la lectura por medio de una colección de libros llamada Ball, Stick, Bird (Pelota, Bastón, Pájaro) de Rene Fuller. Juntos leyeron los textos que aparecían en paquetes de cigarrillos, cajas de cereal, señales viales, anuncios de alimentos y medicamentos y titulares de periódicos. Bill practicó la escritura de palabras y frases utilizando al principio marcadores de colores y luego una máquina de escribir que le proporcionó la docente. Bill trabajaba incansablemente en forma individual y llenaba cuadernos con frases que mostraba orgulloso a su docente durante la clase siguiente. El hecho de escribir acerca del material de lectura que él mismo elegía y de fijarse y alcanzar metas personales produjeron resultados positivos. Tanto las habilidades de Bill como su autoconfianza se incrementaron notoriamente.
Al cabo de un mes de aprendizaje de lecto-escritura, Bill se propuso un nuevo objetivo: escribir un libro. Cuando Bill le informó acerca de este propósito, la docente experimentó dudas y se preguntó si la idea de Bill podría considerarse realista. Como respuesta a esas dudas no formuladas, Bill manifestó que ya había decidido cuál sería el título del libro. Se llamaría The inside world (El mundo interno) y narraría su vida en la institución. Seis meses más tarde, había concluido su trabajo. Los fragmentos siguientes pertenecen al libro The inside world de Bill Knake.
«Me gustaría ser capaz de enseñar a leer a otras personas. Creo que sería un buen maestro. Les enseñaría lo que sé y les ayudaría a encontrar las palabras que quieran saber. Tengo condiciones para trabajar con las personas. Puedo comprenderlas y comprender sus problemas. Me gustaría saber si puedo ayudar a los demás o no. Conozco a muchas personas que no saben leer ni escribir Me gustaría fundar una escuela para enseñarles. Leer es divertido. Nunca se es demasiado viejo para aprender a leer. Me gustaría trabajar con personas analfabetas y transformarlas para que fueran capaces de leer. Desde que aprendí a leer me siento mejor conmigo mismo. Siempre quise leer. Estoy orgulloso de mí. Deseo seguir perfeccionándome en lectura y escritura y quiero escribir más libros. Ya no tengo nada más que decir acerca de las instituciones. Quisiera escribir acerca de otras cosas, de cosas buenas, como la manera en que todos nos llevemos mucho mejor. Me siento a gusto conmigo mismo y me siento a gusto con la vida que llevo.» Bill Knake
La perseverancia e interés por los demás que demuestra Bill Knake, dos aspectos de la inteligencia intrapersonal, han servido de inspiración a numerosas personas para establecer y cumplir objetivos que previamente consideraban imposibles. En la actualidad, Bill vive y trabaja en Mt. Vernon, estado de Washington, Estados Unidos.
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Extracto de «Inteligencias Múltiples. Usos prácticos para la enseñanza y el aprendizaje», de L. Campbell, B. Campbell y D. Dickenson (2000).