Ejercicios de Exposición: Cómo apoyar el afrontamiento gradual con autoregistros digitales

Los ejercicios de exposición son una herramienta esencial dentro de la terapia cognitivo-conductual (TCC), especialmente efectivos para tratar trastornos de ansiedad, fobias y TEPT. Consisten en exponer al paciente, de manera progresiva y segura, a situaciones temidas para reducir la respuesta de ansiedad asociada. Sin embargo, uno de los grandes desafíos es asegurar que los pacientes mantengan la práctica entre sesiones.

¿Cómo funcionan los ejercicios de exposición gradual?

El objetivo es que el paciente aprenda que puede tolerar la ansiedad y que muchas de sus creencias catastróficas no se cumplen. Se trabaja mediante una jerarquía de situaciones temidas, comenzando por las menos amenazantes e incrementando la dificultad a medida que se fortalece su capacidad de afrontamiento.

Por ejemplo:

  • Una persona con fobia social podría comenzar con enviar un mensaje a un desconocido y avanzar gradualmente hasta participar en una reunión grupal.
  • Alguien con ansiedad por viajar podría primero mirar imágenes de transporte, luego ir a una estación, hasta finalmente realizar un trayecto corto.

El papel de los autoregistros en los ejercicios de exposición

Los autoregistros digitales, como los que permite MentalPage, son una herramienta poderosa para facilitar el seguimiento de estos ejercicios fuera de sesión. ¿Por qué?

  • Claridad en el proceso: El paciente puede registrar qué hizo, cómo se sintió, qué pensamientos tuvo y qué aprendió de la experiencia.
  • Seguimiento en tiempo real: El terapeuta puede revisar los avances entre sesiones sin depender solo de la memoria del paciente.
  • Evaluación del progreso: El registro permite observar patrones y mejoras objetivas a lo largo del tratamiento.

Cómo MentalPage potencia este proceso

MentalPage permite a los psicólogos:

  • Crear tareas de exposición personalizadas para cada paciente.
  • Programar recordatorios para que el paciente realice y registre su práctica.
  • Consultar los autoregistros antes de la sesión y adaptar el plan de tratamiento.
  • Mantener un archivo seguro y organizado del historial terapéutico.

El paciente, por su parte, se siente acompañado, con una guía clara y un espacio confidencial donde reflexionar sobre sus experiencias.

Apoyar el afrontamiento con tecnología

Al digitalizar este proceso, se fortalece la adherencia al tratamiento y se reduce el riesgo de evitación, un obstáculo común en los ejercicios de exposición. La posibilidad de expresarse por escrito también brinda al paciente una sensación de control y una vía para procesar sus emociones de forma segura.


Conclusión: Integrar autoregistros digitales en los ejercicios de exposición no solo mejora la organización del trabajo terapéutico, sino que también empodera al paciente para afrontar sus miedos de forma activa, acompañada y constante.