Con tanto libro especializado, tanta pauta a seguir y tanto ejercicio, es imposible no contemplar la tarea de educar a nuestros hijos como algo totalmente racional, lo que puede hacernos presuponer que todo, o casi todo, se fundamenta en criterios más o menos clasificables y de algún modo tangibles. Nada más lejos de la realidad…
Aunque ambos aspectos están íntimamente ligados, la educación emocional es tanto o más importante que la racional, y hay que aplicarla con mimo y dedicación para desarrollar en nuestros pequeños todo su potencial. Su liberación y madurez emocional, que conllevan a la autorrealización, la plenitud y, en resumidas cuentas, a la felicidad, dependerá en gran medida de cómo experimenten las emociones en su infancia, periodo en el que su plasticidad neuronal nos permitirá moldear su desarrollo cerebral, fundamentando la gestación de comportamientos saludables.
Experimentar las emociones
Los niños necesitan aprender a través de la práctica, por lo que debemos no sólo permitirles sino animarles a que expresen sus emociones cuando y como las sientan, pues facilitaremos que las experimenten, las comprendan y, en consecuencia, aprendan a regularlas y gestionarlas con éxito. Esto incluye las emociones negativas, como la ira y el enfado, que tendemos a enfrentar mediante castigos o reproches, en lugar de afrontarlas e intentar que los peques las entiendan. Este tipo de comportamiento les lleva a pensar que no deben compartir dichas emociones, por lo que se desconectan de ellas, concluyendo en un desvanecimiento de la confianza en sus cuidadores.
→ Reflexiona en tu Diario Personal sobre posibles situaciones en las que, inconscientemente, has reprochado a tus hijos sus emociones negativas. Intenta ahora entenderlas y proponte en Objetivos y Metas maneras más productivas de abordarlas en el futuro.
→ Por si no has oído hablar de ello, te recomendamos El Emocionario, un libro que describe numerosos estados emocionales que tus hijos podrán aprender a identificar y expresar con total libertad y confianza.
Diferenciar sentimiento de comportamiento
Hay algo que debemos asegurarnos de que nuestros peques comprendan, y es que son los comportamientos los que pueden estar mal, mientras que todos los sentimientos están bien. Será su comportamiento en respuesta a esos sentimientos el que podrá ser juzgado. Es importante que sean conscientes de que es normal que sientan en ocasiones celos, avaricia, desilusión… emociones que deben aprender a no temer y a separar de sus conductas, y el mejor modo es hablar sobre ellas y ayudarles a gestionarlas.
→ Crea una Línea de Tiempo en la que establezcas al menos un día a la semana en el que desarrolles juegos con dinámicas divertidas en las que fomentes estos principios. Tus niños aprenderán a reflexionar sobre sus emociones destructivas, asumiéndolas y gestionándolas de manera correcta.
Favorecer emociones positivas
Para fomentar el desarrollo de una personalidad optimista, confiada y extrovertida, es muy importante experimentar durante la infancia emociones positivas con frecuencia, por lo que deberemos propiciarlas también de manera consciente. Ten en cuenta que activamos emociones cuando detectamos cambios a nuestro alrededor, y el sentido de las mismas irá en la misma dirección que dichos cambios. Por lo tanto, todo aquello que llevemos a cabo para reforzar el positivismo será recompensando con emociones igualmente positivas en nuestros hijos.
→ Haz un listado en Listas y Prioridades de actitudes y comportamientos positivos que puedes implementar para mejorar el ambiente que rodea a tus peques. Además, establece una Línea de Tiempo con actividades que puedas llevar a cabo con ellos que refuercen la experimentación de emociones positivas. Aquí te dejamos algunas propuestas:
·8 Actividades para trabajar las emociones.
·Crea tu colección de emociones positivas.
·4 Estrategias para generar emociones positivas.
·Dinámica de grupo “El Bazar de las Emociones”.
Para todas ellas te serán de gran ayuda las numerosas aplicaciones de Mentalpage, ¡no dudes en utilizarlo!
En resumen, una adecuada educación emocional permitirá a tus peques manejar sus estados emocionales y anímicos, reduciendo las emociones negativas y aumentando las positivas. Entre otras cosas, aprenderán a:
·Resolver conflictos de manera asertiva
·Encajar frustraciones
·Automotivarse
·Ser positivos y optimistas
·Expresar correctamente sus sentimientos
·Aumentar su autoestima
·Desarrollar su capacidad de cooperación y trabajo en equipo
Con todos estos beneficios, ¿a qué esperas para ponerte manos a la obra? ¡Ánimo!
Los comentarios están cerrados.