Antes de nada hemos de distinguir dos conductas que poco tienen que ver: la protección y la sobreprotección.
Por supuesto, uno de nuestros deberes como padres es proteger a nuestros hijos, principalmente en edades tempranas en las que dependen para casi todo de nosotros. Hemos de velar por su seguridad, su desarrollo y su felicidad.
Sin embargo, cuando nuestro estilo educativo va más allá en esta tarea corremos el riesgo de sobreproteger a nuestros pequeños, arriesgándonos a que sufran inesperadas secuelas como consecuencia.
¿Cómo sabemos si estamos siendo sobreprotectores?
-Pensáis y tomáis decisiones por vuestros hijos, en todos los ámbitos de su vida.
–Solucionáis sus problemas o conflictos sin darles oportunidad de buscar su propia manera de enfrentarlos.
–Vigiláis cada movimiento y lo encamináis hacia donde creéis que obtendrá un éxito fácil y rápido.
–No permitís que salga y explore el mundo por sí mismo, recurriendo a posibles peligros y riesgos, ciñéndoos a escenarios, compañías y ámbitos que conocéis y reconocéis como seguros.
–Sois demasiado permisivos ya que juzgáis excesivo poner límites, normas y/o castigos.
–No exigís a vuestros peques obligaciones ni responsabilidades, buscando siempre excusas para disculparlos cuando se comportan mal.
Si os reconocéis en estas pautas, de manera continuada y no en momentos puntuales, es probable que estéis siendo sobreprotectores, por lo que los consejos que os ofreceremos a continuación os pueden ser de gran ayuda. No obstante, primero queremos que tengáis claro los peligros de esta conducta.
Consecuencias de la sobreprotección
–Miedo: Escuchar continuamente los peligros que les rodean pueden crear personas miedosas que buscarán siempre una zona de confort donde se sientan seguros.
–Dependencia: Si siempre les solucionas los problemas, serán incapaces de enfrentarse a ellos, cronificando esta nociva dependencia y recurriendo siempre a otros para que se los resuelvan. Lo mismo ocurrirá con la toma de decisiones o la gestión de su propia vida.
–Baja tolerancia a la frustración: Han de aprender a gestionar los fracasos o la no consecución de sus objetivos. De otro modo su reacción será probablemente tiránica, egocéntrica y agresiva, lo que puede generarle problemas de sociabilidad, entre otros ámbitos.
–Subdesarrollo de capacidades personales: La búsqueda de soluciones, la exploración y experimentación o las equivocaciones forman parte del proceso de aprendizaje de toda persona. Si las interceptamos continuamente poniéndoles en bandeja las respuestas estamos impidiendo que desarrollen sus propias capacidades.
Consejos para evitarla
–Tratadles de acuerdo a su edad: Consultad con profesionales, o simplemente observad a los demás niños de la edad de vuestros hijos, para conocer esas capacidades que no les estáis atribuyendo quizás por desconocimiento o por miedo. Id transmitiéndoles responsabilidades y obligaciones conforme puedan ir respondiendo a ellas.
–> Cread una Línea de Tiempo en la que podáis establecer momentos en los que vuestros hijos pueden ir asumiendo responsabilidades de distinta índole.
–Cededles su espacio propio y respetad su privacidad: Es importante que tengan su intimidad y sus espacios, tanto físicos como temporales, para sí mismos y para sus relaciones con los demás. La perspectiva de personas de su misma edad, distinta a la vuestra, es muy beneficiosa para ellos. Además, está bien interesaros por su vida y sus actividades, pero demasiado control o interrogatorios cada vez que salen de casa harán que sientan que no respetamos su intimidad, algo fundamental para ellos.
–> Ayudadles a crear su espacio personal online animándoles a comenzar su Diario Online en Mentalpage, donde podrá hablar de manera segura consigo mismo.
–Dejadles buscar soluciones y tomar decisiones: Si os pide ayuda porque realmente la necesita, por supuesto habéis de estar ahí, pero no debéis anticiparos resolviendo sus problemas antes de que ellos piensen en sus propios caminos.
–> Enseñadles a utilizar la intuitiva herramienta Comparativas. Les será muy útil a la hora de tomar decisiones importantes.
–Estableced límites: en este artículo os mostramos cómo.
–No le presionéis: en este post tenéis buenos consejos sobre este punto.
Sabemos que es complicado cambiar hábitos educativos cuyo abandono además nos genera cierto temor, pero conociendo sus consecuencias estamos seguros de que os decidiréis a poner manos a la obra. En nuestro próximo post trataremos un aspecto de gran importancia para nuestros peques: la presión que ejercemos sobre ellos y cómo podemos controlarla. ¡Feliz semana!